Lucha contra el envejecimiento
El aceite de romero tiene una serie de componentes (como el ácido caféico o los flavonoides) que lo convierten en un buen antioxidante. Estos componentes luchan contra los daños que los radicales libres provocan en la piel, retrasando la aparición de los efectos del envejecimiento en la piel. El aceite de romero aporta elasticidad, firmeza, y luminosidad a la piel, a la vez que estimula la actividad y el desarrollo de las células.
Nutre e hidrata la piel
El romero contiene minerales como el calcio o el hierro que sirven como nutrientes para la piel. También contiene ácidos grasos esenciales, que son aquellos que el organismo no puede producir por sí mismo. Estas grasas forman parte de las membranas celulares y ayudan a retener el agua, favoreciendo la hidratación de la piel.
Es antiinflamatorio
El aceite de romero contribuye a mejorar los movimientos de las articulaciones y los músculos, por lo que se usa a menudo para realizar masajes relajantes o tratar contracturas musculares. Ya que también tiene un efecto calmante, se puede utilizar para relajar el rostro si se ha dormido mal, aunque en este caso hay que tener cuidado de no usarlo cerca del ojo. También se emplea en algunos casos para tratar artritis y el reuma.
Cuida el cabello
Limpia y contribuye a mejorar la salud capilar, independientemente del tipo de cabello (graso o seco). El romero activa la circulación sanguínea al estar en contacto con los folículos capilares, controla la caída del cabello y limpia la acumulación de suciedad en las raíces, con lo que se convierte en un aliado contra la caspa.
Es antibacteriano
El aceite de romero tiene propiedades antisépticas y antibióticas que le permiten luchar contra las bacterias. De esta manera se eliminan rápidamente los microorganismos de las heridas para que la dermis pueda regenerarse.
Por esta propiedad antibacteriana también se utiliza para hacer dentífricos. El romero ahuyenta el mal aliento provocado por la acumulación de bacterias en la boca, dejando un aroma agradable y fresco.
Controla el acné
El romero posee taninos, unos componentes fenólicos que tienen propiedades astringentes y antiinflamatorias. Esto convierte al aceite de romero en un remedio efectivo para tratar la piel grasa. Además, gracias a sus propiedades desinfectantes, ayuda a tratar granos y espinillas.
Es cicatrizante
Los taninos que forman parte del romero curten la piel y actúan como cicatrizantes. El romero regenera las células, recuperando el tejido dañado. Este efecto, unido a su propiedad antibacteriana, permite que las heridas se curen mucho más deprisa y sin dejar marca. En el caso del acné, aplicarlo durante unos días también puede disminuir su apariencia y evitar que queden marcas.
Además, por estos mismos motivos, el aceite de romero sirve también para mejorar el aspecto de las estrías más recientes (aquellas que no son rojas ni blancas) si se usa de forma regular.
Ayuda contra la dermatitis
Las propiedades medicinales del romero son muy beneficiosas en caso de padecer afecciones de la piel como dermatitis, eczema o psoriasis. Para aplicarlo hay que lavar muy bien la zona, secarla con una toalla limpia y echar el aceite en pequeñas gotas con suaves toques de los dedos, dejando que se seque solo.
Disminuye el dolor menstrual
Aplicando unas gotas o masajeando la zona del dolor con el aceite de romero se consiguen disminuir las molestias por menstruación.
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